• Work
  • About
  • CONTACT
  • Blog
Menu

Concha Pasamar Illustration

  • Work
  • About
  • CONTACT
  • Blog

Carmen, Cuento de Luz 2022

June 6, 2022

Ahora que llega a mis manos la edición en inglés de este libro y los ejemplares de su primera reimpresión, puede ser buen momento para compartir algo acerca de Carmen, un libro que ilustré con muchisimo placer a lo largo del verano de 2021.

Este proyecto nace de la colaboración entre la Compañía Nacional de Danza de España con la editorial Cuento de Luz, que nos convocó a Margarita del Mazo y a mí para poner palabras e imágenes a un álbum ilustrado inspirado en la coreografía de Johan Inger que la CND estrenó en 2015 (aquí, un tráiler del montaje).

Al proponerme Ana Eulate este trabajo me asaltaron dudas, esencialmente a causa del plazo de realización; sin embargo, mi familia y los amigos que me conocen bien insistieron en que debía llevarlo a cabo. La ópera de Bizet basada en la obra de Mérimée ha sonado con constancia en casa de mis padres y luego en la mía, mi hijo Íñigo tuvo la suerte de participar como integrante del coro infantil en la representación que tuvo lugar en Pamplona en 2010 (aquí), y yo misma he asistido a varios ballets y versiones de esta obra, desde la de Antonio Gades, en 1983, cuando era una adolescente. El ballet también es una de las artes que admiro, y la danza clásica o contemporánea me ha proporcionado un grandísimo disfrute, como espectadora sobre todo, pero también  en los remotos tiempos en que llegué a dar algunos pasitos.

Por todo ello fue emocionantísimo asistir en junio de 2021 al pase de Carmen previo a la representación del día 4 en Úbeda, atendiendo al espectáculo ya con la mente puesta en ese futuro álbum ilustrado que debía basarse en la coreografía de Inger y, por tanto, atender a sus motivaciones, que el coreógrafo explica en este breve vídeo.

Para entonces ya había esbozado algunos dibujos empleando diversos materiales –acrílico, lápices de color- con un trazo espontáneo y manteniéndome fiel a lo que había podido ver de este maravilloso montaje.

Primera prueba para Carmen

Mi primer acercamiento quería ser natural y libre, un poco como esa Carmen a la que iba a representar. En cuanto a los materiales, buscaba también la soltura de la pincelada en los fondos de acrílico blanco mezclado con acuarela, en el grafito aplicado con pincel y en las pocas pinturas de color que he empleado. Estas imágenes resultaron bien acogidas en la CND, y determinaron el camino que las ilustraciones iban a tomar en su acoplamiento al texto de Margarita.

Bocetos y materiales para Carmen

Ella y yo habíamos coincidido en el último curso de Marián Lario, “El quiebro en la ilustración”, que había justamente ejemplificado algunos recursos estilísticos refieriéndose a ellos como “quiebro tímido o quiebro Concha Pasamar” y “quiebro echao palante o quiebro Margarita del Mazo”. Pues hete aquí que ambas coincidíamos, asombradas, en esta nueva Carmen que nos fascinaba. Durante el proceso estuvimos en contacto constante, proponiendo, valorando, ajustando texto e imagen, disfrutando con los retos planteados por este encargo.

En lo que a mí respecta, he intentado mantenerme fiel al montaje y a las decisiones tomadas en él con respecto a la escenografía o el vestuario, y que, creo, ponen en valor el carácter universal de Carmen al diluirse lo más estereotipado y costumbrista. Hay en la Carmen de la CND una actualización en varios sentidos.

Así lo explica el escenógrafo Curt Allen:

El espacio escénico para esta nueva propuesta de Carmen se basa conceptualmente en la creación de una escenografía muy clara y limpia, definida por la sencillez y rotundidad de las formas, y por la honestidad visual de los materiales elegidos. Se busca la asociación de atmósferas mediante la reinterpretación de la novela original, evitándose cualquier tipo de estética costumbrista. Sevilla es un lugar cualquiera, la fábrica de tabacos es cualquier industria y los montes de Ronda representan un estado de ánimo al límite, que traducido al espacio se refleja como suburbios, ámbitos oscuros, escondidos o inseguros. 

La escenografía se sintetiza en 9 prismas móviles con tres caras diferentes cada uno, conducidos por los bailarines a través de la coreografía, y con los que se va articulando los diferentes espacios. Espacios limpios que no obstaculizan la lectura del discurso danzado, y que acentúan posibles lugares y posibles estados de ánimo sólo a través de la forma y del material.

Los clichés se transforman igualmente en el vestuario creado por David Delfín, bajo las consignas de Johan Inger de buscar “sobriedad, atemporalidad, contemporaneidad y un sutil acercamiento a la década de los 60 […] Su idea es crear una nueva Carmen, huyendo de los estereotipos estéticos de la obra y de la época, desdoblando y trasladando sus personajes a una especie de equivalente contemporáneo.

De esta forma, los militares se acercan a otra forma estética de poder, como podrían ser los ejecutivos. El torero, la estrella de la obra, estaría más cercana a una estrella de cine o de rock…

Este simbolismo se ve reforzado por personajes metafóricos. Los gitanos, seducidos por los encantos de las cigarreras que despiertan sus instintos animales, se transforman casi en perros. La ingenuidad, la pureza, la bondad y el misterio humano lo representa un niño, una presencia andrógina que se va oscureciendo durante el transcurso de la obra. La violencia y la frustración se traducirá en “sombras”, personajes que irán tomando más presencia y protagonismo en la segunda parte de la obra“.

 Con estos mimbres, la responsabilidad era enorme, pero, al mismo tiempo, contaba con modelos maravillosos, con los que trabajé visionando una y otra vez la representación, de donde pude tomar numerosos planos que combinar con las imágenes que el texto de Margarita del Mazo sugería a partir de la polisemia de dragón o del pájaro de la habanera.

Por otra parte, habiendo optado por la fidelidad al montaje y la posibilidad de apuntar a estas figuras del texto, consideré la posibilidad de introducir a línea, esquemáticamente, los elementos esenciales para dar las claves sobre los escenarios donde la acción transcurre: la ciudad, la fábrica o la taberna.

El resultado se presentó en la sede de la CND con motivo del Día escolar de la paz y la no violencia, el 30 de enero, y fue un placer inmenso asistir a esta lectura de la obra, a la que la compañía dio un carácter plenamente inclusivo y que puede escucharse y verse íntegramente en este ENLACE.

Como se indica en la sinopsis del libro, este

retoma los temas universales de la obra original desde la mirada inocente de un niño.

Danza y obra literaria quieren conducir a la reflexión sobre las interpretaciones y malinterpretaciones del amor, así como al rechazo de cualquier clase de violencia

 Agradezco muy sinceramente a Cuento de Luz y a la CDN la posibilidad de haber podido realizar las ilustraciones para este álbum y de disfrutar de una manera tan completa , junto con Margarita del Mazo, en todas y cada una de las etapas de su creación.



In books, ilustración manual, libro, Lij, metáfora, picture book, proceso de trabajo, work process, álbum ilustrado Tags picture book, álbum ilustrado, lápices de color, lápiz, CND, Ballet, Danza

Algo está pasando en la ciudad, de Paula Merlán, Cuento de luz 20

December 7, 2021

Hacia el inicio del confinamiento de 2020, aún sin saber cuánto se alargaría o qué vendría luego, Paula Merlán me hizo llegar la primera versión del texto para este álbum ilustrado, un cuento que encontré encantador, pero en el que, tal vez por ir dirigido a un público claramente infantil, no vi al principio la posibilidad de encajar.

Paula, desde la confianza de la amistad, y creo que conociéndome ya un poco, optó por un método más práctico y me pidió que le hiciera una sola imagen (“un zaszás de los tuyos”) para no presentar el texto desnudo a los editores. Bastaba, me dijo, con un esbozo de la protagonista. Bueno, hice un zaszás, tal cual, porque andaba en plena adaptación a la docencia en línea, algo sobrepasada, y se lo envié (me da un poco de pudor ponerlo aquí, pero ahí va ;) )

Primer boceto de la protagonista.

Primavera de 2020 en mi cuaderno

Primavera de 2020 en mi cuaderno

Mientras tanto, la primavera se había abierto paso en el exterior, y yo miraba, como tantas personas en aquellos días, los árboles desde la ventana y escuchaba los cantos de las aves, nítidos como nunca. Poco a poco comenzaron los breves paseos en un resurgir que resultó espectacular ese año: al deseo de verde se había sumado la exhuberancia que habían traído las abundantes lluvias y cuando al fin pudimos traspasar los límites de nuestras casas, la ciudad se presentó espléndida a nuestros sentidos, ávidos de redescubrirla.

Y sii la ciudad estaba hermosa, qué decir de los campos y los caminos: aquella primavera no sabía adónde mirar, el paisaje ofrecía tantas posibilidades, tantos detalles que encuadrar….

Fue entonces cuando me di cuenta de que sí, de que podría y quería ilustrar este álbum que es, entre otras cosas, un canto a la naturaleza y un toque de atención, una llamada a la contemplación de la belleza que nos rodea. También vi que la idea del encuadre podría ser un recurso interesante para indicar la mirada de la protagonista sobre el entorno.

A partir de ahí, todo fue rápidamente, en este caso. Durante el verano realicé alguna ilustración más, mientras trabajaba también en los Romances de la rata sabia. Disfruté en la alternancia de materiales y técnicas manuales, y ya a finales del otoño, tras contar con la acogida entusiasta de Cuento de Luz, emprendí de una manera más sistemática, sobre todo en diciembre, la ilustración del álbum, siempre contando con Paula para los ajustes de texto e imagen. Su trayectoria y su experiencia en este género, además de nuestra relación, tan franca y fluida, facilitaron el rápido curso de este proyecto, con el que tanto he gozado con las acuarelas y los lápices para contribuir a un mensaje que también siento muy mío.

Por el camino, además, disfruté mucho y bromeé con mi hermana al comentar los progresos sobre este libro que las dos bautizamos como “la Martine”, pues, sin haberlo buscado, le vimos de pronto un aire a aquella serie de libros de Gilbert Delahaye, ilustrados por Marcel Marlier, que tanto nos gustaba de niñas.

En ellos, la protagonista también tenía un perro -Patafouf- y se desenvolvía siempre en un entorno cotidiano. Imagino que mucho queda , y algo ha de aflorar, de aquello que leímos en la niñez cuando creamos para el púbico infantil, y ciertamente aquellas ilustraciones de la serie Martine me parecían lo más. Esta puede ser ocasión de un pequeño homenaje a nuestro ejemplar de Martine et son ami le moineau, que algún gorrión hay también en este libro.

Martine 2.jpg

Gracias, Paula, por la insistencia y el cariño; Ana Eulate, por el entusiasmo y la libertad en el proceso de creación: resulta muy sencillo hacer libros con vosotras. Y gracias, cómo no, a Helena, por ser tan fan de mis libros y por haberse prestado a ser aquí la protagonista, al final medio prima de aquel primer zaszás ;), aunque mucho más versátil y simpática.

Something’s happening in the city se encuentra también disponible en todas las librerías, en la estupenda versión de Jon Brokenbrow. Confiamos que en español o en inglés, este álbum os despierte las ganas de salir a descubrir la riqueza de lo que se muestra a nuestro alrededor.

In books, libro, Lij, picture book, ilustración manual Tags álbum ilustrado, picture book, watercolor, acuarela, color pencil, lápices de color, handmade illustration
cubierta esp.jpg

Tiempo de otoño, bookolia 2020

October 4, 2020

El tiempo es silencioso, casi siempre avanza de puntillas, invisible, y entonces todos los días se parecen. Pero a veces le gusta dejarse ver, y hace guiños cambiando la luz de la mañana, tiñendo levemente el aire.

Ese leve cambio en la luz del atardecer, el ligero estremecimiento que causa un soplo de brisa más fresco, un nuevo matiz en el tono de las hojas…: hay pequeñas señales a nuestro alrededor que hablan del fluir de los días. En su susurro casi inaudible son a veces capaces -basta con mantenerse alerta- de guiar nuestra atención hacia el humilde milagro de lo cotidiano.

De ahí el comienzo de este librito que llevaba seis años (¡seis años ya…! ) casi terminado, porque este sí había sido mi primerísimo proyecto de álbum ilustrado, surgido en 2014 en mi segundo curso con Marián Lario, con quien había probado previamente la experiencia de un módulo breve. En aquellas dos semanas centradas en la composición de la doble página había disfrutado muchísimo, y había obtenido una enseñanza esencial sobre el estilo. No detallaré aquí los caminos por los que llegué a ella; digamos simplemente que vi con claridad que me sentía más cómoda y más honesta si simplemente me dejaba llevar por mi manera natural de hacer las cosas, que implicaba una dosis alta de realismo, otra baja de color, una técnica que me agradase y mi trazo natural, que es expresivo

tiempo de oto+¦o5.jpg

Todo ello se da cita en este proyecto, que, al igual que el anteriormente publicado como autora completa, nació sin pensar en una eventual edición. Por eso este es, nuevamente, un álbum íntimo, que en realidad no narra sino un par de días de mi estación favorita, aquella que desde que tengo memoria del fluir del tiempo marca el inicio del ciclo anual. Como para otras muchas personas, tras el verano, septiembre señala para mí la renovación del año. Reanudar la vida escolar, estrenar libros, lápices y cuadernos, mientras la naturaleza alrededor se ralentiza, traía de niña y sigue trayendo ahora la sensación de entrar en una rutina reconfortante que tiñe el exterior de tonos cálidos y se vive también de puertas adentro, al calor del hogar. En mi caso, además, la sensación se refuerza porque mi cumpleaños es el 23 de septiembre, de manera que esa renovación anual se da a menudo literalmente coincidiendo con el equinoccio de otoño.

Así, al plantear el tema del que sería mi proyecto en aquel curso de álbum, recurrí directamente a mis vivencias: no solo a las de mis recuerdos infantiles, sino también a las que había experimentado y vivía entonces, justo en un momento en que veía llegar a su final la infancia de mis propios hijos, que al comenzar este trabajo tenían 15 y 12 años respectivamente. Hay mucho, pues, de mis impresiones de niña ante la nueva estación y lo que traía (esa entrada en un ciclo nuevo, la casa como refugio, el patio del colegio, el misterio del bosque en los paseos con mi padre) y mucho también de aquello que ahora observaba desde el papel adulto: el placer de cocinar, dibujar o leer juntos, de salir a buscar setas o comprar un cucurucho de castañas, o el calor del hogar compartido mientras cada cual se ocupa en su propia tarea, esa sensación tan maravillosamente reconfortante que a veces me estremece aún.

tiempo de oto+¦o7.jpg

Sin embargo, aunque basado nuevamente en mis propias vivencias, creo que Tiempo de otoño es a la vez un álbum atemporal que se detiene en la belleza de los momentos aparentemente insignificantes y que, desde esa mirada atenta, anima sutilmente a vivirlos con intensidad.

Esa consciencia de lo pequeño que consigue suspender la fugacidad del instante se muestra aquí en un breve itinerario por los estímulos y sensaciones que la llegada del otoño provoca en la protagonista. Los cambios en el entorno y la naturaleza, que modifican también nuestras rutinas diarias, se presentan en la combinación del texto con imágenes en las que los colores se dosifican sobre el dibujo a carboncillo. La paleta cálida y la técnica natural buscan reforzar formalmente el sentido de los textos que, sin mencionarlo, apuntan al hecho de que vivir es un recorrido en el tiempo, y este no es sino una sucesión de pequeños presentes llenos de sentido.

(Y sí, de nuevo ese fluir constante del tiempo, la voluntad de conservar los momentos que tiende a ser recurrente como tema de fondo en lo poco que escribo… )

Muchos escenarios y personas serán reconocibles para quienes me conocen o comparten mis paisajes cotidianos: las calles de esta pequeña ciudad en que habito desde siempre, los caminos y bosques de la Valdorba que tanto he transitado, los objetos de mi casa, mi familia (en especial mi sobrina Martina e Íñigo). También hay aquí, pues, altas dosis de autoficción, que no impedirá, creo, que los lectores se identifiquen con la protagonista, una niña corriente que simplemente observa con atención y vive con intensidad aquello que la rodea en cada instante.

tiempo de oto+¦o13.jpg

En la lista de agradecimientos debo mencionar a mi familia, la que en su momento componíamos mis padres, mis hermanos y yo: ese núcleo en que fui sencillamente feliz y que sin duda asentó mis actitudes esenciales ante la vida, también la atención a lo bello sin pretensiones de serlo. Pero este libro surgió sobre todo desde mi propia familia, donde esas sensaciones de pertenencia abierta se han prolongado y han revivido en nuestras propias rutinas, heredadas o nuevas, y en la que soy también, de otra manera, aunque igualmente sencilla, feliz.

Gracias, por supuesto, también a Luis Larraza, de bookolia, que ha vuelto a confiar en mí y en este proyecto que, como en la anterior ocasión, le había presentado en bruto pidiendo consejo sobre si merecería la pena terminar de ilustrarlo. Tampoco tardó esta vez su respuesta (“me lo quedo”). Ha sido, como en veces anteriores, fácil y bueno compartir pareceres sobre un trabajo que, pese a estar prácticamente cerrado, ha ganado con sus observaciones, especialmente en torno a lo que quedaba por fijar, el envoltorio último del libro, que no es nada irrelevante, y el Pequeño cuaderno de otoño, también salpicado de ilustraciones, para quien desee ampliar su experiencia lectora en su entorno a través de estas sugerencias accesibles mediante QR. También le agradezco su apuesta por la edición en catalán, gallego y euskera, que hará sentir a muchos lectores más cercano lo que se cuenta en sus páginas. Y ahí va de nuevo, junto al agradecimiento a Xavier Basora y Maruxa Zaera, la mención especial a Itziar Diez de Ultzurrun; no solo es un lujo contar con su versión experta, sino que ha sido una alegría retomar -desde el ámbito del álbum ilustrado, quién nos lo hubiera dicho ;)- las buenas costumbres de la amistad a la que nos habían conducido hace ya tanto otros libros.

Gracias también a quienes acompañaron en su primera fase este proceso, a Marián y colegas de los cursos, y a quienes conforman esa red de personas que sostiene de uno u otro modo -con su maestría y saber, su opinión y su consejo, su aliento y su lectura- esta labor creativa a veces tan solitaria.

Aparece este libro en un otoño especial -en una primavera diferente, en el otro hemisferio-, en un otoño raro y también enrarecido, lleno de incertidumbres, también de posibilidades. Cuando fijamos la fecha de su publicación no podíamos imaginar que las miradas se volverían, por necesidad de aliento o por pura limitación, hacia el valor extraordinario de lo cotidiano: la luz de la tarde bañando nuestra casa, el canto de los pájaros, la nervadura de una hoja, la compañía y el calor de aquellos a quienes amamos.








 
















In books, libro, álbum ilustrado, Lij Tags álbum ilustrado, picture book, carboncillo, charcoal, pastel, infancia, otoño
La cometa de los sueños.jpg

La cometa de los sueños (Cuento de Luz, 2019)

November 1, 2019

No hace mucho que se ha publicado La cometa de los sueños , editado en español e inglés por la editorial Cuento de Luz, donde he tenido el placer de acompañar con mis ilustraciones los textos escritos por PIlar López Ávila y Paula Merlán.

El trayecto que nos ha llevado hasta la culminación de este trabajo se inició cuando en septiembre de 2018 recibí, un día después de mi cumpleaños, como un regalo ligeramente tardío, un correo de Pilar. Allí me explicaba que estaba escribiendo a cuatro manos con Paula Merlán unos breves relatos que trataban “de reflejar la realidad de muchos niños y niñas de todo el mundo que tienen sueños y esperanzas aun viviendo con dificultades; niños que no pueden ir a la escuela, que tienen que trabajar a pesar de su corta edad, que sufren violencia en las calles, hambre, abandono o falta de atención, pobreza… “. Y continuaba con su idea de que, en el libro, los sueños adoptaran “la forma de una cometa, que es diferente según el lugar del mundo y el sueño de cada niño o niña”. Me proponían realizar un par de ilustraciones para este proyecto solidario que querían presentar a Ana Eulate.

He de decir que tanto la idea como los textos me gustaron: ambas autoras mostraban con realismo y sencillez, pero a la vez con lirismo, las diferentes situaciones y los sueños que habían ideado para sus protagonistas, evitando las soluciones fáciles o los lugares comunes, y dejando al lector la tarea de extraer sus propias conclusiones.

Mi problema, cómo no, era el tiempo, pero realicé las ilustraciones correspondientes a los sueños de Amàlia, una niña portuguesa, y a Mohesiwä, un niño de la tribu yanomami de la selva amazónica.

Primer dibujo para la primera ilustración del libro. Amàlia sueña en una playa de Portugal.

Primer dibujo para la primera ilustración del libro. Amàlia sueña en una playa de Portugal.

Dibujé a lápiz, pensando en colorear con Photoshop, pero me di pronto cuenta de que eso supondría pasar nuevas horas eternas frente al ordenador, algo que ya me corresponde suficientemente en el trabajo, así que decidí probar con la acuarela, que retoqué con rotuladores y lápices de colores.

Las técnicas rápidas al agua me gustan. Me recuerdan a la época, entre los 13 y 15 años, en que recurría a la acuarela con frecuencia, imagino que por la misma razón por la que lo sigo haciendo hoy: por la posibilidad de asomarme a los resultados casi inmediatamente, y por el punto imprevisible del agua. Hacer este libro me ha recordado a aquel tiempo.

Por otra parte, en cuanto a qué representar, había varias opciones: plasmar los sueños de los niños, podía intentarse también una combinación de sueño y realidad… Pero finalmente, pensé que esto tal vez sobrecargaría las dobles páginas, y en caso de optar, me pareció que tenía mayor interés el dar a conocer las diferentes realidades de los protagonistas, que, levemente descritas -más bien nombradas- en los textos, constituían el germen de aquellos sueños y aquello que precisamente queríamos dar a conocer. Cada niña o cada niño de estos breves relatos ve conformados sus deseos por su entorno y sus circunstancias. Intentaría, pues, situar a las personas en su realidad, que da la clave para la medida de sus deseos.

Desde un punto de vista formal, pensé que algunas ilustraciones podrían ir a doble página, pero que otras ocuparían únicamente la página impar, aunque invadiendo con algunos de sus elementos el blanco de la par, y así dispuse la imagen para los sueños de estos niños de Portugal y la Amazonia. Lo explicaba entonces en un correo: “se trataría, puesto que no hay secuencias narrativas, de jugar con diferentes planos, composiciones y escenarios en los distintos textos. No se ha pensado en una paleta uniforme para todo el libro, sino precisamente en reflejar la diversidad también a través del color, y que sea el motivo de la cometa el nexo de unión; pero cabría pensar en ello…”.

Amazonia+DEF+web.jpg

Envié ambas ilustraciones terminadas sin demasiada convicción; pensaba que probablemente la editorial aceptaría el proyecto sugiriendo que lo ilustrara otra persona, lo cual me parecería perfecto, pues tal vez buscaran algo menos “realista” o menos “tradicional”, y así se lo comenté a Paula y Pilar. Por eso me sorprendió la respuesta casi inmediata de Ana, de Cuento de Luz, a quien entusiasmaba no solo el texto, sino también las ilustraciones, de manera que fijamos el final del verano de 2019 como fecha límite para la entrega.

Realicé entonces un storyboard teniendo en cuenta la diversidad de planos, y también esa alternancia que me había propuesto entre ilustraciones dobles y de página impar. (He de decir que mis storyboards no son precisamente muy elaborados, pero suelen mostrar lo esencial, y las modificaciones, aunque las haya, no constituyen cambios drásticos…).

Cometas storyboard.jpg

E inmediatamente me puse a la tarea de documentación y dibujo. En cuanto a lo segundo, quería evitar cambios en el trazo, por lo que decidí terminar lo antes posible las catorce ilustraciones restantes. Y en lo que respecta a lo primero, sabía que requeriría mucho trabajo, pues de bastantes de los escenarios carecía incluso de imagen estereotipada y, en cualquier caso, no deseaba quedarme anclada únicamente en lo arquetípico. Así pues, indagué en las personas -con su indumentaria-, los quince escenarios y circunstancias, urbanos y naturales -con su flora y fauna-, y en sus respectivos elementos. Cada uno de los protagonistas de estos relatos se basa, pues, en muchas niñas y niños reales, pero ninguno responde claramente a una única referencia; algo parecido sucede con los entornos.

Detalle de la ilustración correspondiente a Angola.

Detalle de la ilustración correspondiente a Angola.

Como suele pasarme, el trabajo progresó en función de mi tiempo libre y, sobre todo, de mis vacaciones, pero a finales de marzo contaba ya con los dibujos de todas las ilustraciones del interior, y fue en las vacaciones de Semana Santa, tardías este 2019, cuando comencé a aplicar el color. Con tal diversidad de tipos y lugares resultaba complicado encontrar una paleta uniforme, y eso me inquietaba bastante en cuanto al resultado final, de manera que, para dotar de mayor coherencia cromática al conjunto pensé en conectar las diferentes imágenes a través de algunos tonos.

Por ejemplo, la cometa azul tras los niños de Manila (que no se ve en la fotografía de abajo) y el azul de los cuencos conectan con un azul de la imagen que los precede, y los colores de sus ropas (malvas y naranjas) se integran en el paisaje de Cable Beach, Australia, en el pantalón y la cometa de Jake, y así sucesivamente. En cualquier caso, este es, sin duda, mi trabajo más colorido.

68685675_2264214580557559_4165295387155890176_n.jpg

Tras aplicar la acuarela en un papel no muy apropiado -la idea inicial era Photoshop-, lo confieso (y nunca más me volverá a suceder), volvía a otros materiales: nuevamente grafito, pero también rotuladores finos en algunos casos, y lápices de color -acuarelables o no- , un poco al buen tuntún, según a mi juicio lo iba pidiendo la ilustración.

Proceso para la ilustración del sueño de Xia, en China.

Proceso para la ilustración del sueño de Xia, en China.

Una vez escaneadas las imágenes, inevitablemente tocaba volver al odiado (y amado) Photoshop, para los últimos ajustes: la fase más aborrecible, porque al final de un proyecto nos va ganando la impaciencia. Sin embargo, he de decir que, con las ilustraciones terminadas, no tuve que dedicarle tanto tiempo a estos procesos que cuestan pero mejoran el trabajo manual, con el que tanto he disfrutado en este libro por esa vuelta a modos de hacer que sentía muy lejanos. De hecho, necesitó menos de lo previsto, de manera que pude entregar algo antes de la fecha acordada, lo que ha adelantado también la salida de este libro.

China centro limpio web.jpg

Indicaba al comienzo del post que desde el inicio el proyecto nacía con la voluntad de contribuir a que los sueños que albergan muchas niñas y niños en diferentes lugares de nuestro planeta pudieran hacerse realidad. Esto es algo que no hemos perdido de vista a lo largo de todo el proceso y que ha tenido un efecto claro en el modo en que he abordado estas historias, pues constantemente tenía la sensación de que la existencia de los protagonistas era concreta y real fuera del papel. Obviamente, no es así en sentido estricto, pero de alguna manera sí lo es: yo sé que Eliasen, Juana, Adilson o Lis existen con otros rostros, pero con las mismas o similares aspiraciones.

14 Angola web.jpg

Con el objetivo de que muchos de estos sueños resulten alcanzables, la mitad de los beneficios que corresponden a las tres autoras se destinará a los proyectos que la ONG Agua de Coco desarrolla en favor de la infancia en distintos lugares del mundo, entre ellos, Madagascar, el escenario de una de nuestras historias. También Cuento de Luz realizará generosamente una edición no venal en malgache, lengua nacional de ese país -que comparte oficialidad con el francés-. Es una alegría especial pensar que nuestro trabajo pueda ser leído directamente desde allí por niños como Anja y Tovo, en quienes he puesto tanto afecto que casi han cobrado vida propia.

De hecho, por una vez recordé documentar el proceso, y fue justamente en su caso, de manera que puede seguirse aquí en varios momentos:

Anja y Tovo (Madagascar) a lápiz

Anja y Tovo (Madagascar) a lápiz

Anja y Tovo (Madagascar), proceso de acuarela

Anja y Tovo (Madagascar), proceso de acuarela

Anja y Tovo, acuarela y lápices de color

Anja y Tovo, acuarela y lápices de color

Anja y Tovo (Madagascar), ilustración definitiva

Anja y Tovo (Madagascar), ilustración definitiva

Han sido ya muchas las alegrías vividas en la gestación de este libro; muchos los buenos momentos y las risas que, sin conocernos personalmente, hemos compartido ilustradora y autoras -ellas sí se conocían ya-. Les agradezco su apoyo y su entusiasmo, lo mismo a que a Ana Eulate, a quien también debo agradecer la libertad y la confianza que me ha concedido en estos meses. Solo nos queda esperar que La cometa de los sueños traiga también alegrías a los lectores y permita un mayor conocimiento y comprensión del otro, de muchos otros. Pero además, esperamos que sean también muchos los niños que puedan sujetarse al hilo de esta cometa y volar un poquito más cerca de sus sueños, que a menudo simplemente consisten en alcanzar lo que se entienden como derechos de la infancia: un cobijo digno, alimento, educación, respeto, protección y afecto.

………………………………………………………..

[Cuento de luz publica La cometa de los sueños en papel piedra -sin celulosa, agua ni cloro en el proceso- también en inglés (The kite of dreams) y en malgache, para hacer volar los deseos de los protagonistas y los lectores mucho más lejos].

In books, libro, proceso de trabajo Tags picture book, álbum ilustrado, watercolor, children illustration, childhood
2. En la charca.jpg

Cuando mamá llevaba trenzas. PROCESO

February 13, 2019

En mi experiencia como ilustradora cada proyecto ha conocido un proceso diferente; sin embargo, a grandes rasgos, en el caso de los libros puede decirse que hasta ahora mis trabajos se han dividido en dos tipos de cocción.  Los de cocción rápida, en general, fueron concebidos en una especie de imagen mental bastante nítida de cómo debían ser -o cómo quería yo que fueran-  y ejecutados en periodos de tiempo en los que contaba precisamente con eso: tiempo de calidad, que en mi caso se suele identificar con las vacaciones de mi profesión: así fue en el caso de Marta está harta o de las ilustraciones para 13326, que bullía en un fuego mientras en otro borboteaba otro proyecto que ahora –más de un año después y gracias al empujón del último verano- está ya casi listo, pero no en su punto aún, a falta de la portada y las guardas.

Otras veces, los trabajos se van dilatando porque tardo en llegar a esa especie de “visión” determinante y definitoria del resto (pasó en Arrecife y la fábrica de melodías) o porque me cuesta rascar tiempo a la vida cotidiana (como en La niña rancia y otro bello texto de José Jag frente al que aún debo sentarme).

En el caso de este Cuando mamá llevaba trenzas, todo, la concepción y la elaboración, han requerido sus tiempos, pero fue sobre todo la fermentación de la masa la que llevó su dedicación.

Primera versión del storyboard

Primera versión del storyboard

El trabajo es el resultado del proyecto al que pude dar forma gracias al curso de álbum ilustrado de Marián Lario, con quien repetía en esta misma modalidad, un poco porque sí, por puro placer, en la edición de 2015. Ya había tomado con ella este mismo curso el año anterior: había aprendido - y sobre todo había disfrutado- con un álbum del que había llegado a dibujar unas seis ilustraciones definitivas, pero para el que me quedaba más del doble. Pensé que podría terminarlo en esta ocasión, pero finalmente emprendí algo nuevo.  [Puedo ahora decir que aquel primer proyecto también verá la luz, aunque habrá que esperar a 2020].

Y la verdad es que fue un cursazo, de los de gozar, donde entablé grandes amistades que luego he tenido ocasión de continuar, virtual o desvirtualizadamente. Es mucho lo que uno pone de sí en estas empresas personales y mucho lo que recibe de los compañeros y, especialmente, de la labor de Marián, siempre implicada en la exhaustividad con que revisa las propuestas y tareas, sincera en sus apreciaciones y amable en su manera de manifestar la crítica, condiciones que permiten el aprendizaje auténtico en un clima cordial, de verdadera relación.

Sobre el tema ya he comentado lo esencial en el post anterior: básicamente, al inicio, yo quería recordar mi infancia. En cuanto al proceso, esta vez siguió el pautado por Marián para el curso. Lo cierto es que siempre me gusta dedicar tiempo a pensar y a la planificación, pero no siempre soy tan metódica trabajando, aunque -imagino que precisamente como hija de mi generación- soy bastante cumplidora si me someto a unas normas, de manera que en este caso el trabajo previo contó con sus etapas y sus estudios previos. 

Bocetos de ambientes y personajes

Bocetos de ambientes y personajes

Lo que tenía más o menos claro, por motivos prácticos, ya que uno de llas causas del parón en el álbum anterior había sido el tamaño de los originales, era que en esta ocasión no quería complicarme demasiado técnicamente. En fin, no sé cómo lo hice, pero al final me lié con el Photoshop en un momento en que no sabía ni qué era la herramienta de transformación libre, así que termine sudando tinta con las primeras ilustraciones. Pero al inicio yo quería algo rapidito, acorde con mi poco tiempo, así que las primeras aproximaciones fueron así: 

Primeros estudios de personaje

Primeros estudios de personaje

Pues bien, de estos bocetos iniciales, poco se salvaría: solo la tinta como material, y esto después de haber probado otras opciones, a la par que iba pensando en cómo hacer un relato de las escenas o impresiones que iba recordando.

Marián me pidió que las pusiera por escrito, con el fin de jerarquizarlas, y aquello fue necesario y al mismo tiempo un peligro, porque la escritura obliga a otro modo de introspección, de secuenciación, y, en mi caso, en lugar de ser un obstáculo para la expresión, suele desencadenar una cascada de ideas que, además, como ahora mismo, corren el riesgo de progresar y bifurcarse indefinidamente.

Con la escritura surgieron más recuerdos y, de los que aquí se ven, algunos desaparecieron (como el tocadiscos o el cine dominical). Otros se incorporaron y permanecieron, y uno que en principio se fundía con los demás –el trenzado del pelo- pasó a ser central en este álbum, al ponerlo en boca de una niña que transmite al lector lo que su madre le ha contado acerca de su infancia.

Esta voz debía, pues, simplificar el discurso y hacerlo complementario de la imagen, pero, sin duda, la posibilidad de crear texto e ilustración simultáneamente es una de las ventajas de abordar la autoría completa de un proyecto.

A propósito de la técnica y el estilo, como ya he dicho, di no muchas, sino muchísimas vueltas.

Por esas fechas estaba empezando con los rotuladores Promarker, combinándolos con tinta en mi primer Inktober, y me encontraba cómoda para mi manera natural de dibujar y dar color, que es bastante suelta y expresiva; de ahí que fuera mi primera opción.

Prueba+personaje+color.jpg

Sin embargo, probé otros materiales antes de decidir la técnica y la paleta, entre ellos el lápiz y la acuarela, en varios dibujos de ambos personajes principales e incluso para alguna escena.

Mientras tanto, seguía dando vueltas al storyboard y, aunque varias escenas o la propia idea de la cubierta y la contracubierta -presente desde el inicio- se mantuvieron, otras, como he dicho ya, desaparecieron o se modificaron.

Me preocupaba, por otra parte, que al tono nostálgico del contenido se sumaran algunas notas que hicieran desembocar el proyecto en algo excesivamente tierno. Al final, quedó el asunto entre el trazo suelto que me resulta natural –en este caso a tinta y toques de rotulador para la piel- y un empleo del color que fuera capaz de evitar cierta cursilería en la que no quería incurrir con este álbum.

Por eso, tras bastantes pruebas y aunque lo manual me resultaba cómodo, terminé muriendo en el caso del color -ya lo he adelantaba y es obvio en el libro- al palo del “potochof”, que me iba a permitir introducir algunos estampados de aire retro.

[Porque sí, todo esto fue antes del revival ochentero que trajeron Súper 8, Stranger Things o Dark, y yo había estado documentándome -confieso que no he sido seguidora de Cuéntame-: en Pinterest y, sobre todo, en las fotos familiares, desde donde me asaltó el inefable papel pintado de nuestro cuarto de estar.]

En cuanto al storyboard, quedó en esta versión, que apenas ha sufrido un cambio, en la página 21:

Storyboard definitivo

Storyboard definitivo

Aunque en la selección de algunas dobles páginas tuve que decidir asimismo entre varias versiones, como en el caso del trenzado:

Storyboard%2Btrenzas%2Bpruebas.jpg

Por lo demás, el resultado está a la vista: fuera de la línea y la piel, los colores son planos, y en el caso de algunas ropas, con o sin texturas -siempre en los casos en que hay textura-, suprimiendo la línea del contorno. En otro orden de cosas, las páginas que representan el presente emplean un fondo mucho más neutro y más esquemático que persigue su diferenciación con respecto a las páginas en que se evocan los recuerdos y en los que la repetición de la frase que da título al álbum busca un efecto rítmico.

Y tenía ya prácticamente terminado este post cuando nos llegó la emocionante noticia de que este álbum había sido premiado por la Fundación Cuatrogatos en su edición de 2019. En la justificación de este galardón, se dice de él lo siguiente:

Con ilustraciones realistas, de gran poder evocador, y un texto sencillo que invita a viajar al pasado, este elegante y nostálgico libro álbum da la posibilidad a los pequeños lectores de conocer –y de contrastar con el suyo– otro tiempo en el que los días duraban más, los juegos eran más sencillos y divertidos, se vivía con poco y “todos los vecinos del pueblo eran como una única gran familia”.

Nunca imaginé, mamá, que tus trenzas nos fueran a llevar tan lejos.



In boceto, proceso de trabajo Tags tinta, ink, digital, álbum ilustrado, picture book

Latest Posts

Featured
Mar 13, 2023
Volver, Triqueta 2022
Mar 13, 2023
Mar 13, 2023
Jun 6, 2022
Carmen, Cuento de Luz 2022
Jun 6, 2022
Jun 6, 2022
Dec 7, 2021
Algo está pasando en la ciudad, de Paula Merlán, Cuento de luz 20
Dec 7, 2021
Dec 7, 2021
Oct 1, 2021
ROMANCES DE LA RATA SABIA, de Paloma Díaz-Mas, bookolia 2021.
Oct 1, 2021
Oct 1, 2021
Sep 22, 2021
Tiempo de otoño. Proceso
Sep 22, 2021
Sep 22, 2021
Nov 11, 2020
PEQUEÑO CUADERNO DE OTOÑO
Nov 11, 2020
Nov 11, 2020
Oct 4, 2020
Tiempo de otoño, bookolia 2020
Oct 4, 2020
Oct 4, 2020
Aug 7, 2020
Cinco mujeres en el siglo XX
Aug 7, 2020
Aug 7, 2020
Jul 26, 2020
"Otras miradas/ Other views" sobre "Olafur Eliasson: en la vida real", en el Museo Guggenheim Bilbao
Jul 26, 2020
Jul 26, 2020
May 4, 2020
Voz y letra de Mujer. Universos discursivos femeninos (siglos XVI-XIX)
May 4, 2020
May 4, 2020
  • children illustration
  • collage
  • dibujo
  • digital
  • infancia
  • ink
  • lápices de color
  • lápiz
  • mixed media
  • pencil
  • picture book
  • poesía
  • stencil
  • tinta
  • técnica mixta
  • watercolor
  • álbum ilustrado
  • March 2023
    • Mar 13, 2023 Volver, Triqueta 2022 Mar 13, 2023
  • June 2022
    • Jun 6, 2022 Carmen, Cuento de Luz 2022 Jun 6, 2022
  • December 2021
    • Dec 7, 2021 Algo está pasando en la ciudad, de Paula Merlán, Cuento de luz 20 Dec 7, 2021
  • October 2021
    • Oct 1, 2021 ROMANCES DE LA RATA SABIA, de Paloma Díaz-Mas, bookolia 2021. Oct 1, 2021
  • September 2021
    • Sep 22, 2021 Tiempo de otoño. Proceso Sep 22, 2021
  • November 2020
    • Nov 11, 2020 PEQUEÑO CUADERNO DE OTOÑO Nov 11, 2020
  • October 2020
    • Oct 4, 2020 Tiempo de otoño, bookolia 2020 Oct 4, 2020
  • August 2020
    • Aug 7, 2020 Cinco mujeres en el siglo XX Aug 7, 2020
  • July 2020
    • Jul 26, 2020 "Otras miradas/ Other views" sobre "Olafur Eliasson: en la vida real", en el Museo Guggenheim Bilbao Jul 26, 2020
  • May 2020
    • May 4, 2020 Voz y letra de Mujer. Universos discursivos femeninos (siglos XVI-XIX) May 4, 2020
  • December 2019
    • Dec 18, 2019 The Intimacy of Strangers, CRACKLEBOX (2019) Dec 18, 2019
  • November 2019
    • Nov 1, 2019 La cometa de los sueños (Cuento de Luz, 2019) Nov 1, 2019
  • April 2019
    • Apr 29, 2019 9 Lunas (poemas para esperarte), Litera Libros, 2019 Apr 29, 2019
  • February 2019
    • Feb 13, 2019 Cuando mamá llevaba trenzas. PROCESO Feb 13, 2019
  • October 2018
    • Oct 29, 2018 Cuando mamá llevaba trenzas (bookolia, 2018) Oct 29, 2018
  • February 2018
    • Feb 6, 2018 Crisol de cuerda [tradicional] 2018 ALQUIMIA Feb 6, 2018
  • January 2018
    • Jan 17, 2018 13326 (bookolia, 2017) Jan 17, 2018
  • April 2017
    • Apr 21, 2017 MARTA ESTÁ HARTA. PROCESO Apr 21, 2017
    • Apr 10, 2017 Marta está harta, en Meraki Tanttak. Apr 10, 2017
  • March 2017
    • Mar 7, 2017 IRIS Mar 7, 2017
  • February 2017
    • Feb 14, 2017 CUADERNO DE MÚSICA I. Dibujando en las sesiones folk Feb 14, 2017
  • January 2017
    • Jan 31, 2017 Graphitnuary 2017 Jan 31, 2017
    • Jan 16, 2017 La niña rancia (Ediciones Flamantes, 2016) Jan 16, 2017
    • Jan 6, 2017 Arrecife y la fábrica de melodías (bookolia, 2016) Jan 6, 2017

Powered by Squarespace